El arbitraje es eficaz y popular. Es la única manera de descongestionar el poder Judicial, es privado por excelencia, es anterior al Estado Peruano y al Estado como fenómeno social, es la hetero composición del derecho natural, que de forma histórica y legítima llega a nosotros, como la liga Hanséatica de vena Napoleónica en la Corte Cádiz, de necesidad de la jurisdicción subalterna, del Estado Peruano, haciendo incluso evidente una vez más de su incapacidad no solo para descongestionar el poder Judicial y con ello brindar una eficiente justicia, sino la idoneidad que perse implica la impersonalidad del Estado que no asume responsabilidad por la defensa de los derechos humanos fundamentales postergándolos en sus leyes de desarrollo.